Pienso que mis fotografías de desnudo masculino
me ayudan a saciar la curiosidad que tengo por el otro.
GABRIEL RENDÓN
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6TA TEMPORADA
COLECTIVO ERÓTICO
6 FOTÓGRAFOS · 10 MODELOS · 6 SESIONES
Cada domingo una nueva sesión a partir del domingo 11 de febrero.
¿Quién eres?
Gabriel Rendón
¿Quién eres?
He tratando de resolver esa pregunta desde que tenía cinco años de edad y pienso que
aún construyo la respuesta. La respuesta más sencilla y simple que puedo dar: Soy Gabriel
Rendón: fotógrafo, estudiante y profesor.
¿A qué te dedicas?
¿A qué te dedicas?
Estudio una Maestría en Artes Visuales en la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. La
orientación de mi proyecto de posgrado se encamina a la fotografía aun que me he
permitido practicar otros medios como el video, la acuarela o la escultura.
También imparto clases de fotografía digital, retoque fotográfico y de tópicos acerca de la identidad y la expresión de género.
¿Qué ha aportado tu experiencia de vida sexualidad, amor, morbo y excitación a tu proyecto?
Mi intención inicial no era estudiar fotografía pero desde niño ha sido una herramienta de exploración en la incesante tarea de entender quién soy. Ahora, años después, oriento mi carrera académica hacia esta disciplina.
El interés por la fotografía surgió desde la infancia, como un juego. Cuando estaba en sexto grado de primaria mi prima Biby me regaló su cámara Kodak Ektralite 10. Ese obsequio se transformó en mi juguete predilecto: me gustaba despertar a mis compañeros durante los viajes escolares con el flash de la cámara, además de eso fotografiaba las copas de los árboles y las nubes. Mis padres no estaban muy convencidos de mi ojo fotográfico y dejaron de financiar los rollos que necesitaba la cámara.
Más tarde, cuando estudiaba la secundaria, ellos me regresaron el interés por la fotografía cuando nos regalaron a mi hermana y a mí una cámara digital. Comencé a elaborar bodegones con objetos que encontraba en la casa y a fotografiar atardeceres en Oaxaca, la ciudad en donde nací y en la que viví hasta los 17 años. Conforme avanzaba mi crecimiento, empecé a conocer mi sexualidad y muchas curiosidades aparecían en mi mente.
La idea de trabajar con el desnudo apareció no por una preocupación estética, como era el caso de los paisajes, si no como una respuesta al deseo que empezaba a experimentar en mi adolescencia. En secreto me fotografiaba desnudo frente al espejo, trataba de entender cómo es que mi cuerpo cambiaba. Aspiraba cada vez con anhelo tener el cuerpo de un adulto. Me quitaba la ropa y hacía fotos.
También imparto clases de fotografía digital, retoque fotográfico y de tópicos acerca de la identidad y la expresión de género.
¿Qué ha aportado tu experiencia de vida sexualidad, amor, morbo y excitación a tu proyecto?
Mi intención inicial no era estudiar fotografía pero desde niño ha sido una herramienta de exploración en la incesante tarea de entender quién soy. Ahora, años después, oriento mi carrera académica hacia esta disciplina.
El interés por la fotografía surgió desde la infancia, como un juego. Cuando estaba en sexto grado de primaria mi prima Biby me regaló su cámara Kodak Ektralite 10. Ese obsequio se transformó en mi juguete predilecto: me gustaba despertar a mis compañeros durante los viajes escolares con el flash de la cámara, además de eso fotografiaba las copas de los árboles y las nubes. Mis padres no estaban muy convencidos de mi ojo fotográfico y dejaron de financiar los rollos que necesitaba la cámara.
Más tarde, cuando estudiaba la secundaria, ellos me regresaron el interés por la fotografía cuando nos regalaron a mi hermana y a mí una cámara digital. Comencé a elaborar bodegones con objetos que encontraba en la casa y a fotografiar atardeceres en Oaxaca, la ciudad en donde nací y en la que viví hasta los 17 años. Conforme avanzaba mi crecimiento, empecé a conocer mi sexualidad y muchas curiosidades aparecían en mi mente.
La idea de trabajar con el desnudo apareció no por una preocupación estética, como era el caso de los paisajes, si no como una respuesta al deseo que empezaba a experimentar en mi adolescencia. En secreto me fotografiaba desnudo frente al espejo, trataba de entender cómo es que mi cuerpo cambiaba. Aspiraba cada vez con anhelo tener el cuerpo de un adulto. Me quitaba la ropa y hacía fotos.
En algún momento descubrí que en internet tenía una ventana al mundo. Sinceramente me asustaba la posibilidad de ser de descubierto, extorsionado o expuesto, pero también me causaba morbo que alguien viera aquellas fotos y también ver fotos de otras personas. Todas estas fotografías están perdidas. Me gustaría reencontrarlas. Quizá todavía estén en algún rincón en internet.
Mi formación escolar, incluso durante la universidad, tuvo una fuerte influencia religiosa, por lo que hacer fotografías con modelos desnudos era impensable. Aun que reconocía y aceptaba mi preferencia aún me sentía vulnerado. Pienso que muchas de las cosas que había reprimido pueden aparecer ahora en mis fotos. Antes me avergonzaba mirar a otros hombres y ahora exploro la figura masculina desde la imagen.
Aún me hago fotografías desnudo. En algún momento la inseguridad se alojó en mí. Desearía que mi cuerpo fuera una masa moldeable y cada día cambiarlo. Hay días en los que es imposible mirar en el espejo, como si volteara y no apareciera un reflejo. Sin embargo puedo construir uno con la cámara fotográfica, con ese pensamiento he continuado con los autorretratos. Lo fotográfico modela nuestra percepción de la realidad, aprovechando esta cualidad puedo hacerme un reflejo.
¿Qué canción pondrías mientras estás en plena sesión fotográfica?
La constante en mis sesiones, cuando yo elijo la música, es escuchar a Empire of the Sun.
Una de las mejores experiencias de mi vida ha sido estar en su concierto en Cumbre Tajín.
Aquél fue el primer concierto al que asistí solo, aún así estaba rodeado de gente con la
que cantaba al unísono. Además alcancé a tocar el hombro de Emperor Steele (el
vocalista) mientras él caminaba por la pasarela.
Una de mis canciones favoritas de este dúo australiano es We are the people.
I can't do well when I think you're
gonna leave me
But I know I try
Are you gonna leave me now
Can't you be believing now
We are the people that rule the world
A force running in every boy and girl
All rejoicing in the world
Take me now' we can try
We lived an adventure
Love in the Summer
Followed the sun till night
Reminiscing other times of life
For each every other
The feeling was stronger
The shock hit eleven' Got lost in your
eyes
I know everything about you
You know everything about me
Know everything about us
A través de tus fotografías ¿te has dado cuenta o te sientes en la libertad de expresar lo que a ti
te excita de los hombres?
Pienso que mis fotografías de desnudo masculino me ayudan a saciar la curiosidad que
tengo por el otro. Un entomólogo usa una lupa para ver las alas de un escarabajo, yo
recurro a los lentes de la cámara para admirar y entender el cuerpo. El motivo de las
fotografías no es propiamente la excitación. Las imágenes son resultado de una
exploración visual que se alimenta del morbo y de una tensión casi sexual que está en la
atmósfera durante la sesión.
Sabiendo que tu pasión al arte fotográfico de desnudo y admiración masculina no es un negocio,
¿te funciona como una deshago y desconexión?
Disfruto mucho hacer fotografía y sin duda es un escape. La concentración en la sesión o
durante la edición me desconecta del resto del mundo.
¿Es posible tu proyecto fotográfico sin enemigos?
No considero tener enemigos. Al contrario, realizando fotografías he sumado amigos a mi
vida. Como contigo George ❤
¿Te has excitado mientras realizas una sesión? Cuéntanos un poco, un poquito.
Un ingrediente fundamental para que en una sesión fotográfica el resultado me agrade es
que el modelo y el fotógrafo tengan una buena conexión, una tensión que se esconde
pero existe. Aun que no haya insinuaciones, existe esa tensión que alimenta a la las
fotografías. En ocasiones no se limita a la fotografía e impacta en el cuerpo. Terminas lleno
de una energía que te erotiza.
¿Por qué aceptaste la colaboración a mi proyecto?
Me gusta aprender. Tu fotografía confronta, muestra. Pienso que la mía oculta, esconde,
es tímida. Hacer un intercambio de este tipo, y poder trabajar exclusivamente los dos me
permitió considerar nuevas dinámicas para fotografiar. Además, conocer tu forma de
trabajar me hace apreciar más tu proyecto.
¿Puedes adelantarnos algo sobre la sesión que se realizó?
No pensé que sería tan fácil trabajar contigo. Siempre he pensado que debería encarar
más a la cámara, no usar las sombras como escondite y permitir más explorar el deseo en
mi fotografía y tu me permitiste probar esos elementos en las fotografías que hicimos
juntos.
¿Qué otros proyectos tienes entre manos?
Como siempre, continuar con los retratos y de vez en cuando hacerme fotos.
¿Cuál ha sido la situación en tu vida en general que más te ha removido?
Mudarme a la Ciudad de México. Ha sido una transición que ha implicado distintos
cambios, quitarme miedos, preconcepciones. Cuando creces la familia trata de educarte
de la mejor forma que ellos consideran. Sin embargo, una sociedad tan conservadora está
plagada de prejuicios y de apariencias. En la Ciudad de México definí mi personalidad y
me liberé de miedos, represiones y secretos.
Trabajas para que el espectador reaccione ¿Qué opinas de la gente pueda excitarse al ver tu
trabajo?
La motivación para hacer fotografías no es el espectador. El motivo de mis fotografías
surge de mí y después lo comparto con los demás.
¿Podrías resumirnos los pasos que llevan a la creación y realización de una de tus sesiones
fotográficas?
Es muy común que tenga bocetos de las fotografías que imagino, en otras ocasiones sólo
intuyo cómo iluminar e improviso.
Disfruto las conversaciones que se generan durante las sesiones fotográficas. Trato de
conocer a la persona que retrato para comprenderla y modelarla con la cámara
fotográfica.
¿Crees que tu trabajo final transmite lo que has vivido?
Somos una consecuencia de nuestras situaciones. Inevitablemente, mi vida incide en las
fotografías. Alguna vez me comentaron que mis modelos tenían una ligera semejanza a
mi. Otras personas piensan que mis fotos son mustias como yo.
¿Qué se siente el fotografiar la excitación? El tener el poder absoluto sobre el modelo, que haga
todo lo que tu mente pida.
Al igual que un arma, la cámara dispara. De cierta forma, cuando activas la cámara,
asesinas al retratado y, como un taxidermista, preservas el cadáver. Es una acción violenta
e intimidante. No me gusta percibir incomodidad en mis modelos, por que ‘morirían’ con
esa expresión. Es indudable que la relación del fotógrafo y el modelo es la de un
depredador y una presa, pero al igual que los reptiles que se mimetizan para que su
víctima no se de cuenta, me gusta mantenerme neutral y capturarlos en el momento
específico.
Cuando me autorretrato, podría decir que cometo un acto suicida. Con cada autorretrato
muere el Gabriel anterior y construyo uno nuevo.
PARTE DE MI PROYECTO PERSONAL
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